Pareciera paradójico utilizar las palabras evaluación y diversión en una misma oración. Pero es así, las evaluaciones de respuesta interactiva han logrado quitarle la mala reputación a los exámenes, convirtiéndolos en una actividad de aprendizaje y hasta de diversión. ¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo.

Algunas aplicaciones van más allá que la simple realización de un examen en línea, se han convertido en sistemas de respuesta interactiva, los cuales involucra a los actores, catedráticos y estudiantes, en una actividad en la que a medida que se va evaluando a los estudiantes, se van observando los resultados en tiempo real, ¡algo fabuloso! Ya que permite la retroalimentación de aquellos temas que lo requieren según el resultado obtenido.

Esta dinámica, puede llegar incluso a tener elementos gamificados, que extraen al estudiante del acostumbrado ambiente y estrés de las evaluaciones, trasladándolo a un entorno más divertido y propicio para el aprendizaje.

A continuación te comentamos sobre algunas de las herramientas que permiten crear exámenes de respuesta interactiva en tus clases:

Kahoot:

Con Kahoot puedes crear cuestionarios en línea en un entorno gamificado que hace muy divertida su implementación en clase. Éstos pueden ser respondidos por los estudiantes, utilizando cualquier dispositivo que tenga acceso a un navegador.  No se necesita descargar la aplicación. Tanto estudiantes como catedrático la utilizan en línea, visitando Kahoot.it y Get.Kahoot.com respectivamente.

Kahoot permite agregar imágenes y videos a las preguntas. También permite configurar el tiempo que los estudiantes tienen disponible para responder. Las respuestas correctas tienen un valor de 1000 puntos, los cuales se van descontando dependiendo el tiempo que los estudiantes tardn en responder. Durante la actividad el catedrático mantiene el control del flujo de las preguntas y se va mostrando un tablero de liderazgo con los primeros 5 lugares, el cual varía conforme avanza el cuestionario. Al finalizar Kahoot, permite descargar los resultados a hojas de cálculo.

Socrative:

Es muy parecida a Kahoot, con Socrative los catedráticos también deben crear una cuenta, mientras que los estudiantes se unen en línea a la actividad a través de una contraseña. En Socrative se pueden trabajar: Cuestionarios (quiz), cuestionarios con control de tiempo (Space Race), o cuestionarios con tablero de resultados (Exit Ticket). Todas estas pueden configurarse con preguntas de selección múltiple, falso y verdadero o pregunta de respuesta corta. Los estudiantes responden en tiempo real a través de cualquier dispositivos con acceso a un navegador. Los resultados además de ser vistos en directo, también pueden ser almacenados.

Picklers:

Con Plickers se pueden trabajar encuestas y cuestionarios, pero además resuelve el problema cuando se tiene la limitante de conexión a internet en el aula o acceso a dispositivos móviles dentro de ella. Solo se requiere de un dispositivo móvil para el catedrático y de un computador conectado al proyector para transmitir los resultados. El catedrático configura la actividad en su cuenta de Plickers, luego entrega a cada alumno una tarjeta con un código QR impreso, estas se pueden descargar e imprimir del sitio de plickers. La tarjeta tiene una letra de cada lado, dependiendo el lado que estudiante coloque hacia arriba, será la respuesta que estará dando. El catedrático debe utilizar su dispositivo móvil con la app de plickers para escanear los diferentes códigos y en pantalla se mostrarán los resultados de la clase, para ser compartidos por todos, dando espacio a la reflexión.

A propósito del uso de éstas herramientas, queremos compartir contigo la experiencia del uso de Kahoot, por una catedráticad de Universidad Galileo, Isabel Toapanta de Solis, PhD(i), quien lo plantea de una excelente manera en el siguiente texto:

Saquen papel y lápiz que va a empezar el examen

Luego de una reunión de catedráticos de la Universidad Galileo, donde se abordaba el tema de capacitar maestros para impartir cursos virtuales; me vino a la mente recuerdos de mi niñez cuanto los profesores antes de empezar una evaluación decían “Guarden todo, saquen papel y lápiz que va a empezar el examen”.

¡Cuánto ha cambiado el sistema de educación, la metodología de aprendizaje y los sistemas de evaluación!

Como catedrática, me gusta actualizarme constantemente, por lo que mi doble función de maestra –alumna me ha permitido conocer y observar esta evolución.

En los años 1.900 cuando la educación se empezaba a masificar, el profesor se paraba frente al aula con la autoridad y conocimiento casi magnánimo de un sabio e impartía la clase. Sus alumnos ausentes de ese conocimiento, debían aprender y sacar el máximo provecho ya que de otro modo era muy difícil obtenerlo.

Ahora con el desarrollo de tecnología, comunicación, equipos, programas e internet es muy sencillo acceder a la información. Las barreras geográficas o del idioma, está a solo un clic de distancia, lo que nos obliga a  verificar que la información sea veraz.

Hace apenas unos años para evaluar, el profesor dictaba las preguntas y el alumno con el máximo de silencio y solemnidad respondía el cuestionario cuidando de hacer buena letra y no cometer errores ortográficos.

Años más tarde el examen estaba impreso y antes de repartirlo, advertía “Guarden todo, saquen papel y lápiz que va a empezar el examen”.

Como catedrática en la década del 2000, se me presentó la oportunidad de examinar en línea con la ayuda de la plataforma educativa, lo que me obligaba a dominar programación y las herramientas respectivas, sin embargo los estudiantes tenían la habilidad para copiar o realizarlo en grupos y eso reducía la valía del punteo.

Luego con la llegada de celulares, ellos pueden tomar fotos, chatear y compartir, esto nos llevó a ser restrictivos y decir: “Guarden sus celulares que va a empezar el examen”.

Al preguntarme acerca de ¿cuántos universitarios carecen de celular, computadora, tablet o cualquier dispositivo electrónico o cuántos jóvenes no domina la tecnología?, decidí potencializar el uso de la tecnología y sus habilidades.

Apoyándome en esta conclusión recientemente  apliqué un nuevo sistema de evaluación por medio del programa Kahoot. Lo divertido fue solicitar a los estudiantes: “Saquen su celular que va a empezar el examen”.

Para usar la evaluación con Kahoot, cada estudiante debe ingresar a la aplicación desde sus celulares y seguir las instrucciones generales.

Previamente el examen es ingresado a la plataforma y antes de iniciarlo se les proporciona una clave de acceso. Cada pregunta con sus respectivas opciones van apareciendo en la pantalla del proyector. El alumno lee la pregunta, selecciona la respuesta y responde desde su celular.

Los indicadores visuales, señalan el valor de la pregunta y el tiempo que tiene para responderlas, de esta forma el tiempo es más eficiente.

Pude observar que en las dos primeras preguntas el alumno está sorprendido, pero rápidamente aprende, controla el tiempo, centrándose en su capacidad visual y analítica.

Se observa cómo su cerebro procesa la información, aumenta su adrenalina y cada pregunta se vuelve un reto realizable,  algo muy apreciado por la juventud actual.

En la pantalla aparece de forma visual la cantidad de alumnos que responden; esto permite al maestro monitorear mejor al grupo y estimular a que todos contesten. Al final el programa coloca las estadísticas y simultáneamente da al alumno su calificación. Como dijo Arquímedes Eureka!!!

No necesitamos, papel, lápiz, tinta, fotocopias, llevar exámenes a casa para calificar, subir notas, tiempo extra para atender reclamos por errores en la calificación, etc.

Considero que por ser un examen de duración corta e intensa se adapta mejor a las características de la generación de los Millennials y promueve una nueva forma de aplicar la ética en el desarrollo de sus conocimientos.

Finalmente considero que ha sido una excelente experiencia esta forma de evaluar, haciendo buen uso de la tecnología porque crea interés en los alumnos, innova y estimula la responsabilidad en su preparación académica; mejora su concentración en los exámenes y atención en la clase al estimular su agilidad, razonamiento y respuesta.

El valor agregado es que el alumno usa su celular con familiaridad ya que es de su pleno conocimiento, se siente a gusto y lo usa de forma positiva. No puede copiar ni enviar datos a sus compañeros, porque no hay tiempo para ello. Además aprende a valorar los recursos físicos, tecnológicos y ambientales, pero sobre todo comprende la importancia de mantenerse actualizado para estar en la  jugada.

Si aún no has incorporado esta tecnología en tus clases, te invitamos a hacerlo y a compartir tus experiencias.