En el campo educativo, la autoevaluación es una herramienta que permite a los responsables del proceso de formación obtener resultados para una planificación y orientación de acciones que fortalezca el proceso de aprendizaje.
¿Qué es la autoevaluación?
Como docentes sabemos que la evaluación es una parte fundamental de la educación para alcanzar un aprendizaje y asimilación de conocimientos, los cuales deben ser significativos, críticos y aplicables en la vida y desarrollo personal de los estudiantes. Estos criterios son fundamentales para nuestra labor educativa.
En ese mismo sentido, y con el objetivo de mejorar el proceso de adquisición de nuevos conocimientos, surge la autoevaluación, un método que tiene impactos que fortalecen el proceso de enseñanza-aprendizaje de una forma innovadora.
En términos generales, el método de autoevaluación consiste en una acción evaluativa donde el estudiante se convierte en el protagonista “medidor” de su propio aprendizaje.
Es el mismo estudiante quien genera su propia técnica para medir la asimilación de conocimientos. Esta tarea está guiada y monitoreada permanentemente por el docente.
¿Por qué implementar la autoevaluación en el proceso de aprendizaje?
La autoevaluación implica principalmente reflexión, mejora y establecimiento de criterios. Una característica relevante en este método es que el “agente evaluador” en la autoevaluación es interno. Esta “evaluación interna” se refiere a una evaluación personal.
Los beneficios de implementar la autoevaluación en un curso son muy variados y de gran ayuda para los estudiantes, tales como:
- Interiorizan criterios de corrección que el docente indica específicamente y;
- desarrollan el hábito de la reflexión y la identificación de los propios errores, lo que motiva el aprendizaje autónomo.
Sin embargo, aunque implementar la autoevaluación sea una herramienta muy beneficiosa debemos contemplar que los estudiantes manifiesten cierto desagrado y falta de interés para llevarlo a cabo.
En este aspecto, siendo docentes tenemos el reto de lograr transmitir a los alumnos la relevancia que esta herramienta tiene para su aprendizaje, tener claro el objetivo que queremos alcanzar con la autoevaluación motivará a los estudiantes a participar con un mayor interés y valorar los resultados obtenidos de la misma.
Además, este método es útil desde dos puntos de vista:
– Aspecto cognitivo: es importante para el docente como referencia para su análisis y conocer el grado de asimilación de nuevos conocimientos del estudiante.
– Aspecto motivacional: es un aspecto aún más importante que el anterior ya que el estudiante es capaz de construir una estima y autovaloración personal valiosa para su desarrollo.
Características de la autoevaluación
Una característica relevante de la autoevaluación es que no se improvisa. Por su valor para el aprendizaje del alumno, debe integrarse en un marco didáctico que se planifique y que se desarrolle progresivamente durante el curso.
Además, se debe contemplar al implementar la autoevaluación: a) la situación inicial de la que se parte, b) los indicadores a evaluar durante el proceso, c) valorar y autoevaluar el grado de autonomía conseguido por los alumnos y elementos de la comunidad.
Hasta hace poco, la autoevaluación empieza a ser una práctica más común en el sector educativo ya que:
- Mejora la práctica y la calidad de la enseñanza y;
- Promueve el desarrollo académico y profesional, llevándolo a cabo desde una autonomía personal, en tres áreas fundamentales: el resultado del trabajo; los procedimientos y estrategias didácticas empleadas y; el modelo de conducta profesional y personal.
La autoevaluación debe ser lo más rica y completa posible, y la información que suministre debe ser de calidad por la incidencia que tiene ya que sus resultados impulsan el diálogo y la participación alumno-docente y alumno-proceso de aprendizaje.
¿Cómo implementar la autoevaluación en cursos virtuales?
En un curso virtual, tanto el diseño como la planificación de la autoevaluación debe ser coherente con los objetivos y la metodología que el docente ha definido previamente para el curso.
Al utilizar la autoevaluación con cierta periodicidad en un curso virtual, el alumno tiene la ventaja de obtener una retroalimentación inmediata del avance en su proceso de aprendizaje, el cual es un elemento clave de motivación y esfuerzo que lo orienta eficazmente en el desarrollo de sus actividades.
Puedes realizar distintos tipos de actividades en la autoevaluación como ejercicios de selección múltiple (test, verdadero o falso, etc.). Sin embargo, existen otro tipo de actividades como casos prácticos, elaboración de esquemas comparativos, comentarios de texto, entre otras.
De limitarte a los tradicionales test de opción múltiple, los alumnos no estarían ejercitando todas las competencias planteadas en el curso, las cuales eventualmente se le van a evaluar en la evaluación final.
Por ello, es importante que como docentes identifiquemos las competencias a desarrollar en cada actividad de autoevaluación propuesta, de forma que oriente el aprendizaje del estudiante hacia aquellas competencias que más le interese adquirir o perfeccionar.
Algunas formas de autoevaluación en cursos virtuales
A continuación, te compartimos algunas formas de autoevaluación que puedes aplicar en tus cursos virtuales y que ayudarán a dinamizar el contenido y evaluación:
- Reflexión cotidiana: utilizar preguntas o sugerencias de forma libre, revisión de errores con búsqueda de la causa o análisis de la corrección, respuestas a preguntas puntuales sobre la consecución de objetivos o dificultades
- Discusión con el profesor: entrevistas, grabaciones o correo electrónico
- Pruebas: ejercicios con clave para pruebas controladas, preparación de exámenes o elaboración de una guía de valoración de las producciones elaboradas en el curso con criterios definidos previamente por parte de los estudiantes
- Coevaluación: motiva el intercambio de opiniones sobre el curso, el grupo, la actuación personal del estudiante y del docente, la eficacia de los materiales, etc.
La autoevaluación motiva el aprendizaje autónomo, el cual debe desarrollarse de forma progresiva, tomando en consideración la realidad educativa del estudiante y los objetivos a alcanzar para su aprendizaje los cuales sean relevantes para su vida.
La situación actual, requiere de estudiantes y profesionales capaces de comprometerse con su propio aprendizaje. En este sentido, el docente es capaz de fomentar esta autonomía con un cambio de estrategias de aprendizaje y estableciendo valoraciones relevantes para el alumno.